Con puntualidad inglesa los integrantes de este reto se juntaron en el Bunkai a las 19,00 h. para partir rumbo a Santiago de Compostela, hubo una revisión comparativa involuntaria de los bultos que llevaba cada uno, sin comentarios, el Sr. Antonio se encargó de encontrar la forma de meter las bicicletas en el transporte que DISPAN facilitó para este evento.
El Sr. José Manuel, alma mater de este y todos los retos y eventos realizados, doto al equipo de su famoso Córdoba para desplazarse hasta Santiago.
El viaje transcurrió con normalidad a reseñar el pique de la barra de la autopista, pero sin comentarios. Al llegar a Santiago se dejaron los coches a buen recaudo y nos dirigimos a la estación de buses donde de según el Sr. Ubaldo tuvimos que sobornar al chofer para que nos llevase las bicicletas fuera de toda norma, pues esta dice que deberán de ir desmon-tadas y embaladas para el transporte, algo que sin duda en ese momento era del todo imposible. Bueno con soborno o sin él, todas las bicis entraron en el bus
El viaje en bus tuvo lo suyo, pues el que reservó los billetes no se fijó que era un bus que efectivamente iba para Madrid, pero regresando de Santiago a A Coruña, pasando por Betanzos, etc., algo que hizo que llegásemos a nuestro destino Piedrafita a las 00,30 h del sábado. En el trayecto se aprovecho para cenar alguna cosilla que se había llevado de casa, que todos compartimos exceptuando al Sr. David que se lo comió casi todo y el Sr. Antonio que no llevo nada.
Al bajar del bus montamos las bicis como si tuviésemos prisa de ir a algún lado, aunque la verdad es que no teníamos donde dormir esa noche, después de una refrescante caña de cerveza, un corto recorrido nos llevo encontrar un buen lugar donde descansar, que era la entrada de un colegio pegado al pabellón municipal donde pernoctaban 180 almas que según nos habían dicho en el bar estaban de excursión, no sin alguna risa y algún detalle nos rendimos al sueño aproximadamente alas 02,30 de la madrugada.
El descanso no fue muy reparador pues el cemento del colchón estaba bastante duro, y entre vuelta y vuelta se comenzaron a escuchar unas voces próximas que movían bombonas de butano o algo así, cacerolas, realmente algo que no sabíamos muy bien de que se trataba, a las 6,00 h.miles de ruedas de maletas descendían por nuestro lado, aunque parecía que lo hacían por dentro de nuestras cabezas, no quedó más remedio que incorporarse para descubrir que las 180 almas que dormían en el pabellón se dirigían a sus respectivos autobuses cargados de maletas con esas ruedecitas que hacen muchísimo ruido. Algo tuvo de bueno esta coincidencia y es que a este gran grupo de gente, que nos enteramos que eran de Alicante, la organización de la excursión les preparaba ínsito el desayuno, de ahí el butano y las cacerolas, todos tomamos un buen vaso de cola cao, aunque alguno se tomo tresssssssssssssssssssssssss.
Con este madrugón, sin cena y con un vaso de cola cao salimos de Piedrafita hacia O Cebreiro, que es una pequeña cuesta de unos 4,5, Km. Para calentar las piernas yllegar a una altitud de 1300 metros, una vez en e pueblo, desayu-namoscomo la orden del peregrino manda, unas buenas tostadas de pan de pueblo con un buen café.
Por fin salimos en serio por caminos insospechados alternado la carretera con caminos de cabras que las bicis se negaban a subir, y así con el esfuerzo necesario recorrimos los 50,5 Km. que hay hasta Sarria a una altitud de 400 m. llegando sobre las 13,15 h. después de dejar atrás sitios preciosos como el Monasterio de Samos y mil valles y montañas hermosas paramos en Sarria a tomar un refrigerio y un buen trozo de empanada.
Desde Sarria a Porto Marín hay 24,2 Km., sabiendo que los últimos 8 Km eran una bajada importante, los hicimos ya con el calor del medio día, al llegar a Porto Marín los peregrinos y demás gente que encontramos estaban comiendo, eran sobre las 14, 30 h.y nos quedaban 24,2 sabiendo que serían de subida decidimos salir después de un momento de descanso. Esta subida fue un infierno, a pleno Sol, sin dormir, sin comer, después de llevar en las piernas 80 kilómetros, nos reventó, tuvimos que darlo todo, sufrimos lo indecible para doblegar semejante cuesta y en semejantes condiciones, pero lo logramos, invirtiendo en la ascensión casi tres horas.La llegada a Palas de Rey fue digna del National Geografic, parecíamos pilas vacías ingiriendo todo tipo de líquidos, frutas y azúcares para recuperar los niveles que habíamos perdido en la subida y sobre todo chocolate, chocolate, chocolate. La verdad es que en una media hora de descanso, ingesta y hielo estábamos bastante bien para haber realizado un total de 105 Km. en las peores condiciones que nos podíamos haber creado. Tuvimos suerte de que el albergue que había reservado el Sr. José Manuel, llamado albergue el Buen Camino estaba cuesta abajo y muy cerca. La atención en este albergue ha sido magnífica así como las instalaciones, nos acomodamos perfectamente y después de una buena y merecida ducha nos dispusimos a recuperar las proteínas perdidascon una buena cena.Haciendo valer el dicho popular de que preguntando se llega a Roma, llegamos a un restaurante a 2Km. el pueblo al que por supuesto no fuimos en bici si no en taxi, donde con un buen chuletón hecho en una lareira de piedra que teníamos al lado, unas ensaladas y un buen vino repusimos sobradamente nuestras deficiencias nutricionales.
Estábamos muy cansados y con sueño, por lo que en la mullida cama del albergue no nos costó quedar pronto dormidos.El domingo amaneció toldado de niebla y hasta con un ligero orballo, a las 7,00 h. el Sr. Barros toco diana y después de un buen desayuno nos encontrábamos listos para acometer la última etapa de unos 70,4 Km.
Con el frescor de la mañana los 30 primeros Km. hasta Arzua fueron ligeros, todo iba sobre ruedas hasta que una de las bicis, la del Sr, José Manuel se averió en un pedal, dichoso tornillo, sobre todo para él y Sr. Ubaldo, ellos sabrán por que, estos tramos se recorrieron principalmente por carretera, aunque no faltaron unos buenos tramos por fragas y pinares espectaculares.La llegada a Santiago no se hizo esperar, con avería y todo. Así sobre las 14,00 h. hicimos la entrada triunfal en la plaza el Obradoiro, no sin antes un par de caídas por las calles de la ciudad. MISION CUMPLIDA Unas cañas un buen churrasco en una parrillada de la ciudad y vuelta a casa. Gracias valientes por compartir un magnífico fin de semana de aventura y compañerismo.·Mención especial al Sr. Manuel porque además de ser un magnífico compañero sus nociones de mecánica nos ayudaron a poder realizar esta gesta.·Mención especial al Sr. Ubaldo que cuidó del grupo en todo momento con sus consejos y masajes.
·Mención especial para el Sr. Barros por su buen humor y excelente compañía.
·Mención especial para el Sr. Jose Manuel por sus dotes organizativas ybuen humor.
·Mención especial para el Sr. Antonio por demostrar que con poco, se puede hacer algo grande.·Mención especial para el Sr. David, porque si todos los infantes son como este, hay que estar orgulloso de la infantería.El próximo reto se está fraguando.